En un concurso de ganaderías en la que los toros fueron lo de menos, José Mauricio puso la calidad y el temple, mientras que El Mojito jugó la carta del espectáculo en la plaza de Texcoco.
Ya faltaba la de cal luego de las de arena de hace ocho y quince días. Si en las de oportunidad el toro fue el elemento principal, en la primera tercia de la Feria del Caballo vino el gancho al hígado de una corrida mal presentada a pesar de anunciarse como concurso de ganaderías.
Tampoco vimos dechados de bravura ni mucho menos. Y aún así, por lo menos tres significaron opciones de triunfo para sus matadores, es decir, los de Vistahermosa (3º), Villar del Águila (5º) y José Arroyo (6º); mientras que el de Xajay (4º), desfondado y a menos, también se dejó meter mano. Rellenaron la función los de Chinampas (1º) y Pepe Garfias (4º).
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