El pensamiento antihistórico de Jorge Gaviño, el antitaurino.

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El diputado Gaviño echó mano del pasado como argumento en el marco de una penosa sesión de mal trabajo legislativo que reafirmó las derrotas recientes de Jesús Sesma.

Para el antitaurino cualquier argumento fuera de contexto es arrojadizo contra la fiesta brava, una actividad con arraigo cultural y sentimental en México. En su contra, no hay referencia al pasado válida para sustentar la tradición que defendemos, pero en su favor sí se pueden mentar cosas que poco tienen que ver con nuestra realidad.

Traer a cuento episodios del pasado para justificar por sí mismos algo del presente no supera ningún análisis crítico, lo mismo para los dos bandos. Esos procedimientos, a diferencia del toreo, sí que provienen del medioevo, del Antiguo Régimen, de la sociedad confesional de las vidas de santos y los ejemplos morales de cara al juicio final.

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Una tarea típica en las escuelas de México, causa de la aversión de nuestros niños por la Historia y a la vez argumento de Jorge Gaviño. Foto: internet.
La historia como maestra de vida, más que conocimiento crítico, es una colección vana de estampitas que no explica nada. Foto de Bernardo Gaviño.
Jorge Gaviño no entiende la importancia que ha ganado esta escena en 155 años. Foto: Daniel Cortina.
Su pensamiento reniega de los servicios que presta la fiesta brava a nuestro presente y sus posibilidades. Foto: Daniel Cortina.
Descargar la responsabilidad de lo de propone en lo que antes hizo Juárez es ignorar que las cosas cambian con el tiempo. Foto: Daniel Cortina.
Y que entre las industrias que se desarrollaron en el siglo pasado, destaca una que permite estas imágenes. Foto: Daniel Cortina.
Contra la que el señor Gaviño quiere dictar una sentencia de muerte. Foto: Daniel Cortina.
Es menester de toda la sociedad tomar consciencia e impedirlo. Foto: Daniel Cortina.
Así como la imposición de seudo derechos (como los derechos animales) mediante mentiras, estigmas y prejuicios.
La fiesta de toros es una práctica digna, y la dignidad máxima la aporta el toro que nos ofrenda todo lo que somos.

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