Los toros de Rancho Seco marcaron la jornada taurina con su bravura y su calidad. Entretanto, Xajay, en su avatar Villar del Águila se resarció de su fracaso reciente con la buena novillada del domingo.
Sabrán las divinidades por qué malas artes, de un tiempo para acá, el aspecto ganadero en las corridas de toros en la Plaza México, ya de por sí de capa caída desde hace mucho tiempo, se ha depauperado. Si bien la presentación de las corridas se mantiene en una línea francamente mezquina, el juego de cada uno de los encierros que habían venido hasta ahora había sido ruinoso. Rancho Seco logró romper esta monotonía, este trenecito de zumbarse lo mismo cada festejo.
Haz click aquí para leer la nota completa en #OpiniónyToros
Publicado